Un pleno que puede cambiar el pueblo

Ante esta nueva convocatoria de pleno extraordinario queremos compartir con todos nuestras opiniones, porque hemos actuado así, que queremos y como vemos las cosas.

Lo primero es que no estamos de acuerdo en que los plenos se convoquen a medio día y menos, en los que se tratan temas tan trascendentes como este.

Hemos pasado unas semanas de tensión en plenos y comisiones, hemos trabajado buscando legislación y sobre todo hemos intentando que  este ayuntamiento,  trate todos los asuntos de una forma profesional, que se piense, se  argumente ,se justifique y finalmente  que se informe, esto último, que es el resultado de todo lo anterior es difícil de conseguir. Tantos años de gobierno sin ninguna información pública, sin consulta a los vecinos, sin explicaciones en los plenos, sin reglamento de participación ciudadana y sin poner en marcha la ley de transparencia, generan una solera difícil de cambiar.

Entramos en un compás de espera en el asunto del polideportivo, tienen que darnos una respuesta a la impugnación y a la solicitud de informes y documentación. Pero hay otros muchos asuntos y mientras esperamos la respuesta, hay que seguir haciendo cosas.

La Junta de Seguridad celebrada hoy, el anuncio de liquidación del patrimonio local de Fonsana, la comisión de urbanismo, la mesa de educación, el geoparque  y la proximidad del pleno extraordinario y el ordinario siguiente, que toca en mayo, nos ocupará las próximas semanas.

Cuatros proyectos promovidos por Participa, que pueden empezar a cambiar la fisonomía de este pueblo. La mesa de educación, el geoparque, la posible compra del solar de Fonsana y el rescate del cajón del olvido de la Junta de Seguridad.

Después de años sin reunirse, ayer en la Junta de Seguridad,  se han dado los primeros pasos en la coordinación de acciones y el establecimiento de órganos que den soporte a la participación, en un tema tan necesario como la seguridad.

El pleno extraordinario del jueves, se produce ante la liquidación del patrimonio de Fonsana, algo conocido desde que entró en concurso de acreedores. Hemos insistido en que el ayuntamiento debía tomar una posición de liderazgo, palabra utilizada con frecuencia, “liderazgo es la función que ocupa una persona que se distingue del resto y es capaz de tomar decisiones acertadas para el grupo, equipo u organización “, para armar un proyecto alrededor de la marca que identificó a La Cabrera, con tanta identidad como el Pico de la Miel. El punto único del orden del día lo dice todo, queremos proteger Fonsana de la especulación urbanística.

Necesitará muchas horas de consenso, de opciones diferentes, de ilusionarnos con la posibilidad de cambiar viviendas unifamiliares por un patrimonio local, que siempre ha sido nuestro. Estaba en nuestro programa y creemos, además, que permitiría reestructurar la distribución de los espacios comunes, casa de cultura, casa de juventud, policía, protección civil, etc. Contando con ese nuevo espacio, se puede organizar todo de otra forma más racional y aprovechable, también recuperaríamos unos pozos de gran caudal.

No solamente  estamos de acuerdo con esta iniciativa,  también nos hace ilusión, será un proyecto que nace en esta legislatura y que asumiremos con responsabilidad.

Esta protección tendría como consecuencia la adquisición del inmueble y deberemos tener un proyecto definido, una estrategia, un consenso y una valoración de las inversiones, es nuestra forma de trabajo.

Hemos insistido en las comisiones, en los plenos, en los artículos en este medio, en la necesidad de hacer un proyecto de desarrollo local y de enfoque futuro del municipio, planificando adonde queremos ir a largo plazo, mas allá de esta legislatura, pero hemos avanzado poco, no queremos aprovechar oportunidades, tenemos que producirlas. No es una crítica, tenemos formas diferentes de contemplar el futuro.

Nos produce una profunda satisfacción cada vez que coincidimos en los criterios y objetivos del equipo de gobierno, es una sensación agradable compartir mesa de plenos sin necesidad de polémica, pero esta satisfacción sería mayor, si logramos que también los vecinos participen de estas decisiones tan importantes. Nosotros, al menos, necesitamos el respaldo, el apoyo o la crítica de aquellos que directamente se verán beneficiados o perjudicados por las decisiones que tomamos. No estamos luchando contra unos concejales de otro partido, la lucha es contra un sistema, contra un modelo de hacer y trabajar, contra una visión del corto plazo, del secretismo, de la falta de exposición pública, de la opacidad, y seguiremos exigiendo y manifestando, que estamos en un espacio público, tomando decisiones públicas y dando cuenta de lo que hacemos, porqué lo hacemos y en que gastamos lo que ingresamos.

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