El municipio y su Gobierno Local
La Cabrera,15 de Noviembre 2015
Es en el municipio donde reside la fuerza de los pueblos libres. Las instituciones municipales son para la libertad lo que las escuelas primarias para la ciencia: la ponen al alcance del pueblo, le hacen gozar de su uso pacífico y le acostumbran a servirse de ella. Sin instituciones municipales, en una nación puede darse un Gobierno libre, pero no tendrá el espíritu de la libertad.( Alexis de Tocqueville)
La dimensión institucional de nuestro municipio, la calidad del mismo, es uno de los factores que sustenta el desarrollo económico y social. El ayuntamiento de La Cabrera es una “infraestructura social” que permite un mejor crecimiento, que acentúa la competitividad con otros municipios próximos. Un ayuntamiento con calidad democrática, buen gobierno, eficaz en la gestión y con una ciudadanía cívica, son factores que atraen inversiones, personas, negocios y a fin de cuentas, prosperidad y empleo. Todo ello eleva la confianza que los ciudadanos y empresarios tienen en el sistema institucional. De otra forma, la falta de confianza es claramente un freno un factor negativo para emprender o hacer residir una inversión.
Para que se den estas circunstancias, antes tienen que producirse otras, la figura del alcalde tiene que ser pública y política y dedicarse a ello y a su vez tiene que delegar la mayor parte de sus funciones en sus concejales y hacer grande y extenso el ayuntamiento. A su vez tiene que ser capaz de integrar a la oposición, los empresarios, líderes de opinión vecinal, asociaciones y otros grupos de interés bajo un objetivo común, o lo que es lo mismo, proyectos compartidos, y no nos referimos a proyectos con planos, esos los hacen los arquitectos, los proyectos sociales, económicos, e integradores son proyectos de la sociedad civil, liderados políticamente por la institución municipal.
El primer año de legislatura marca el camino del éxito o del fracaso y el agraciado o el sufridor siempre es el vecino, la institución seguirá funcionando como una machacadora, tiene el aval del gobierno y de la Comunidad Autónoma. Este camino comienza con la constitución del nuevo ayuntamiento, formado por concejales de uno o varios partidos políticos, entre ellos eligen al alcalde. Este alcalde representa normalmente a la lista más votada y su responsabilidad y mando no lo pone nadie en duda.
La primera tarea de este Gobierno municipal es elaborar una “hoja de ruta” del mandato que se inicia, esto es, un Plan de Gobierno, un Plan de Actuación municipal o un Plan de Mandato. Este documento es capital para racionalizar el proceso político de toma de decisiones y para enfocar a la organización, a los directivos y a los empleados públicos en el cumplimiento de tales objetivos. En el Plan de Gobierno o Plan de Mandato se deberán establecer las grandes prioridades políticas del período de los próximos cuatro años. Esto es particularmente importante en un contexto de crisis fiscal con escasez de recursos: habrá que sacrificar unas políticas públicas y dar preferencia a otras. Esta es, en efecto, la esencia de la política.
En democracia quien gana no lo gana todo y quien pierde no lo pierde todo. Este principio exige diseñar la institución de tal modo que se articulen de forma ordenada las relaciones entre Gobierno y Oposición. De hecho, políticamente hablando, el Ayuntamiento no se configura como una institución con un órgano colegiado (Pleno) y uno unipersonal (alcalde), con división de funciones. La esencia de la democracia es la relación entre mayoría y minoría (Gobierno y Oposición). En consecuencia, el Pleno, en verdad, no controla al alcalde y a su equipo de gobierno, sino que es la minoría quien ejerce tales funciones. Pero no es función de las minorías desarrollar el control de legalidad (para eso ya están los órganos internos y externos habilitados a tal fin), sino ejercer el control político, valorando la oportunidad o conveniencia de las decisiones adoptadas por el alcalde y su equipo de gobierno. El Pleno, en su calidad de órgano representativo, es expresión del pluralismo político y lugar, por tanto, de manifestación de las posibles posiciones de desacuerdo con la mayoría.
En nuestro ayuntamiento nos encontramos con carencias de formalismo y ética política, como es posible no contestar a los escritos de los concejales de la oposición, hay procedimientos que sería un insulto a la cultura popular, por esta razón no habrán sacado una ley que lo obligue .Tampoco está legislado que cuando hablas de corporación municipal se encuentran incluidos todos los concejales y no sería necesario esperar a un pleno para introducir una moción con la queja. Otro ejemplo es el de hoy mismo, una convocatoria pública en repulsa por el atentado de Paris que ya hemos comentado anteriormente, donde la convoca la corporación pero nada sabe la oposición, etc.
La labor de la Oposición es trascendental en un sistema democrático, tanto por la representación que tiene anudada como por las importantes funciones de control y supervisión de la actuación del Gobierno municipal. La minoría se configura, así, como un necesario freno frente a hipotéticas actuaciones del Gobierno municipal que puedan ser objeto de censura. En todo caso, hay supuestos en los que la democracia (sistema de adopción de acuerdos) exige mayorías cualificadas (siempre excepcionales), lo que puede reforzar el papel de la minoría, y en otros casos la trascendencia de determinados asuntos para el propio municipio exige por la propia Oposición un comportamiento leal y responsable, actuando de conformidad con lo propuesto por el alcalde o su equipo de gobierno. Son los asuntos de “ciudad” o las decisiones estratégicas. En estos casos, el papel responsable de la Oposición (y de la minoría misma) engrandece su papel institucional.
La complejidad de los asuntos locales en nuestros días requiere, sin duda, de los políticos locales, no solo buena intuición, esfuerzo y dedicación, sino además una correcta comprensión de los problemas sobre los cuales han de adoptar las decisiones políticas, con el objeto de resolverlos. A pesar de que un político local (alcalde o concejal) dedique buena parte de su tiempo al desarrollo de su actividad política, lo cierto es que, dada la limitación de los mandatos, el conocimiento técnico y las competencias de gestión pública que adquiera serán siempre limitados. No es tampoco función de los partidos políticos formar a sus concejales o al personal directivo de confianza en gestión pública. Sin duda un político local tiene el refuerzo de la legitimidad democrática que avala sus decisiones, aunque no las justifica si son equivocadas.
Frente al alcalde, en el Gobierno local está siempre presente la figura del funcionario o del empleado público. Ese planteamiento dual (políticos/funcionarios), sigue marcando la vida institucional del Gobierno local. Los marcos laborales de ambos colectivos (políticos y funcionarios), sus funciones, así como, sobre todo, su percepción temporal (un mandato frente a la permanencia), conducen a que, en no pocas ocasiones, políticos y funcionarios tengan dificultades reales en hallar puntos de encuentro y, sobre todo, un lenguaje común, a pesar de que ambos colectivos dedican sus esfuerzos al mismo objetivo: servir a la ciudadanía.
Conclusiones
- Durante el primer año, es crucial que el alcalde y su equipo de gobierno definan la estrategia de todo el mandato (cuatro años). En concreto, se debe definir el proyecto global de municipio que se quiere alcanzar, así como las políticas públicas que se quieren llevar a cabo. Se requiere, por tanto, ya de inicio, estrategia y planificación a largo plazo, asignatura pendiente, repetido en muchas ocasiones pero sin respuesta.
- En la elaboración de esta estrategia, el equipo de gobierno local tiene que tener claro que estamos en una época de crisis económico-financiera. Es por este motivo que se deberá evaluar la cartera de servicios que ofrece el Ayuntamiento a la luz de un contexto de escasez de recursos económicos. Sin ninguna duda, es momento para el alcalde y su equipo de gobierno de priorizar actuaciones y políticas públicas.
- El alcalde y su equipo de gobierno deben liderar y promover la acción conjunta de todos los actores, políticos, económicos y sociales, para hacer efectivo su modelo de municipio. Es por ese motivo que los políticos locales deben moverse siempre en busca del consenso, la unidad y la integración de todos. Es muy importante tener en cuenta que la Oposición juega un papel determinante en la política local, como instrumento fiscalizador de la acción de gobierno. La oposición no son los que han perdido, más bien los que han ganado pero no gobiernan. Los que perdieron no están representados en la Corporación
- Para alcanzar los objetivos que se han marcado el alcalde y su equipo de gobierno (es decir, el modelo de municipio que se desea y llevar a la práctica las políticas públicas diseñadas), es necesario racionalizar y hacer más eficientes la organización y los recursos humanos del Ayuntamiento. En primer lugar, se ha de simplificar la estructura administrativa y crear órganos de gobierno que permitan una visión de conjunto o, mejor dicho, que dirijan el Ayuntamiento de manera transversal y coordinada.
Si somos realistas nada más lejano que la situación actual de nuestro Ayuntamiento y de nuestro Alcalde, donde cada propuesta o moción cuesta un triunfo plantearla, no digamos nada lo que cuesta llevarla a cabo. Ya tenemos fuentes, dijo el Alcalde en el último pleno.
Que podemos decir de la apertura de los plenos a preguntas de los vecinos, de la información pública, de los presupuestos participativos, la integración de los vecinos bajo el paraguas de la entidad local. No podemos decir más que no bajaremos los brazos.