¿Pasarían los presupuestos de La Cabrera el Test de Turing?

La siguiente entrada tratará de ahondar en la siguiente pregunta: ¿Pasarían los presupuestos de La Cabrera el test de Turing? Para ello utilizaremos las ideas cartesianas de sustancia pensante y sustancia extensa para ver su operatividad en el análisis de un caso concreto.

1. La situación política de La Cabrera, a propósito de Descartes
Analizaremos la situación política de La Cabrera, a propósito del presupuesto aprobado en el último pleno por el equipo de gobierno gracias a su mayoría, utilizando el dualismo cartesiano mente-cuerpo. Descartes considera la mente, o sustancia pensante como la llama él, como lo esencial del ser humano, cuyas características son libertad y voluntad. Pero la mente habita en un cuerpo (sustancia extensa) cuyas características son el volumen y el movimiento que responden a leyes mecánicas. El cuerpo reacciona ante estímulos, es un autómata que responde a programación, mientras que la mente es activa y propone cosas.
Desde esta dicotomía podemos dejar que La Cabrera siga un rumbo mecánico y automático o desde el pensamiento cambiar esta dirección, desde la creatividad y flexibilidad de la que solo es capaz el pensamiento. Por ello se hace imprescindible sentarnos todos juntos y pensar un modelo de municipio hacia el cual queramos dirigirnos para romper esta deriva que lleva a La Cabrera a que se cierren constantemente locales, a que haya un porcentaje elevado de paro, muchos desplazados laborales, disminución de rentas familiares, disminución de la población, carencia de empresas de transformación, debilitamiento del sistema educativo, deterioro del sector inmobiliario…
Necesitamos salir de esta inercia, y esto solo es posible realizarlo desde el pensamiento, ya que la mecánica solo se deja llevar. Descartes mira por la ventana: “Mas he aquí que, desde la ventana, veo pasar unos hombres por la calle: y digo que veo hombres, como cuando digo que veo cera; sin embargo, lo que en realidad veo son sombreros y capas, que muy bien podrían ocultar meros autómatas, movidos por resortes. Sin embargo, pienso que son hombres, y de este modo comprendo mediante la facultad de juzgar que reside en mi espíritu, lo que creía ver con los ojos”. ¿Qué es lo que nos hace realmente humanos? El pensamiento. Son hombres y no autómatas lo que Descartes ve a través de la ventana, porque les supone pensamientos. Pero como si del test de Turing se tratase, ¿Dónde vemos que lo que hay detrás de un cuerpo es una mente, y no son meros autómatas movidos por resortes?

2. Breve introducción a Descartes
Descartes, filósofo francés del S. XVII, se propuso reconstruir todo el edificio de la ciencia, que quedó agonizante después la revolución científica con el cambio de paradigma que situaba a la Tierra como planeta errante. Siglos creyendo una cosa que ahora se mostraba falsa. La cosa es cuestión de método; el método de Descartes se compone de cuatro pasos:
1.- “No admitir jamás como verdadera ninguna cosa que no conociera evidentemente ser tal; es decir: evitar cuidadosamente la precipitación y no comprender en mis juicios sino lo que se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que yo no tuviera ninguna ocasión de ponerlo en duda”
2.- “Dividir cada una de las dificultades que encontrase en tantas como pudiera y fuera necesarias para resolverlas mejor”.
3.- “Dirigir ordenadamente mis pensamientos comenzando por los objetos más sencillos y fáciles de conocer para subir poco a poco hasta el conocimiento de lo más complejo”.
4.- “Hacer en todo enumeración tan completa que estuviese seguro de no omitir nada”.
A través del método, Descartes quiere certeza, pero necesita llegar a algo seguro desde lo que construir un conocimiento firme. Duda de los sentidos, ya que lo que nos ha engañado alguna vez (la Luna que veo no es más grande que un balón); además no puedo saber si ahora mismo no estoy soñando. Por otro lado, no puedo estar seguro que no haya un genio maligno, o el mago Frestón que diría el Quijote, que me hace creer que es realidad lo que no es. Somete Descartes todo a la duda; y en este proceso, cuando parece darse por vencido, le viene una intuición clara y distinta: “me di cuenta de que mientras quería pensar que todo era falso, era absolutamente preciso que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa, y observando esta verdad: pienso, luego existo, era tan firme y cierta que las más extravagantes hipótesis de los escépticos no eran capaces de destruirla, juzgué que podía admitirla sin escrúpulo como primer principio de la filosofía que buscaba”.
Ha dado Descartes con la sustancia pensante, con la mente como evidencia; analizando las ideas que se encuentran en la mente llega a la sustancia infinita (Dios) como garantía de que lo que veo fuera de mí, la sustancia extensa (los cuerpos) existen como los registro en mi mente. El ser humano es sustancia pensante y sustancia extensa, es un cuerpo mecánico que es dirigido desde la mente. Aunque solo vemos un cuerpo, encontramos evidencias de que ese cuerpo no se mueve por pura mecánica, sino que hay una voluntad libre que lo mueve, y eso se puede ver a través del lenguaje, de los gestos y de acciones que rompen la inercia de la pura mecánica.

3. Los presupuestos de La Cabrera analizados desde la dicotomía cartesiana mente-cuerpo
La Cabrera lleva una inercia que la precipita a la decadencia. La Cabrera está funcionando de manera automática. Si hay un socavón en el asfalto se arregla, si surge una necesidad se cubre; y esto está bien, es lo que hay que hacer; pero el problema está en que no hay que hacer solo eso. El ser humano es sustancia pensante (mente) y sustancia extensa (cuerpo), es libertad en lo que respecta al pensamiento y determinación y mecanicidad en el cuerpo. Una cosa lleva a otra; es una cadena donde la primera cosa lleva a la segunda y ésta a una tercera, y así sucesivamente; no hay decisión, solo reacción ante los estímulos que se nos presentan. En cuanto somos cuerpo, éste hay que cuidarlo, hay que tener un municipio arreglado; y en eso el equipo de gobierno parece que hace lo que está en su mano. Pero esto es un automatismo que no está utilizando el pensamiento. La sustancia pensante es activa, es capaz de proponer, decidiendo parar una inercia y embarcarse en un proyecto de reconstrucción desde los cimientos. El pensamiento tiene la capacidad de poner el mundo entre paréntesis y pensar un nuevo modelo que nos saque de la inercia que llevamos.
Para ello nos tenemos que sentar todos, grupos políticos y ciudadanos de a pie, para pensar la situación de La Cabrera, y diseñar un nuevo modelo de municipio desde un análisis exhaustivo de los datos que tenemos, que no son muy halagüeños; pero que por ello nos obliga más que nunca a desarrollar nuestra sustancia pensante e imaginar La Cabrera que queremos. Una Cabrera que no existe sino que hay que pensarla, para después comenzar a tocar todas las palancas necesarias para redirigir la inercia que llevamos.
Los presupuestos pueden ser pensados o ser la realización mecánica de una inercia. Desde unos presupuestos se puede diseñar una comunidad; y sobre los números presentados en el pleno pasado nos podemos preguntar si son unos presupuestos que se dirigen desde el pensamiento, desde un plan, o responden a un automatismo que se repite año tras año. Pero para ello es necesario parar la inercia, sentarse y dialogar. Pero en los presupuestos aprobados “de todo esto no figura nada, dice Pedro Montoya, concejal de Participa La Cabrera, principal partido de la oposición, refiriéndose a las problemáticas de los vecinos sobre el paro, el cierre de negocios… y a las fortalezas de nuestro municipio por su entorno, ofertas hoteleras, gastronómicas, residencias…; estamos hablando de si arreglamos la cornisa o la alcantarilla de no sé dónde, o levantamos la farola el mes que viene”. Si realizásemos el test de Turing a las políticas del Ayuntamiento, solo vemos reacción, mecanicidad, una necesidad que se cubre; no nos encontramos con señales que digan que detrás de lo que vemos hay algo más que una política autómata. “No estamos trabajando a largo plazo, estamos en el día a día” continúa Pedro Montoya en su análisis sobre los presupuestos presentados por el equipo de gobierno. Para salir de esta depresión, el concejal propone “mirar un poco más a largo plazo y hacer un esfuerzo por desarrollar un modelo local”; un giro desde el pensamiento para reorientar la mecánica deprimente a la que nos dirigimos. Y para ello precisamos de un proyecto de municipio que tenga “unos objetivos, un alcance y una planificación”. Desde un modelo global de municipio, podemos tener un criterio para saber, por ejemplo, si una partida de 9.400 euros para turismo está bien o no, si se ha puesto por poner algo o responde a un plan. Si diseñamos un municipio enfocado al turismo rural, ¿es esa toda la inversión en turismo que desde el Ayuntamiento se debe hacer? Hace falta un plan que se haga desde la participación de todos los vecinos para ver qué municipio pensamos.

4. El Test de Turing
¿Piensan las máquinas? Descartes dirá que los autómatas, al no tener sustancia pensante, no son capaces de pensamiento; simplemente se mueven por resortes mecánicos. Alan Turing, el padre de la computación moderna, dirá que da igual si piensan realmente o no, que la cuestión está en si lo parece. Por ello, Turing propuso el test que lleva su nombre, en el cual un ser humano entrevista a una máquina, y si este cree que es inteligente, entonces da igual que lo sea o no realmente, sino que si algo parece inteligente, entonces a efectos prácticos es inteligente.
¿Qué indicios nos pueden hacer pensar que detrás de estos presupuestos está la sustancia pensante cartesiana? Aquí es indiferente que esté como dice Descartes, o lo parezca, como propone Turing, el caso es analizar si existen esos indicios que nos puedan hacer suponer su existencia.
Sigamos con el pleno. Después de la intervención de Pedro Montoya, en la que analizó los datos del municipio, la deriva depresiva del municipio, las fortalezas del municipio, las necesidades, las apuestas que se podrían realizar, y la invitación a pensar un modelo a largo plazo para La Cabrera, el equipo de gobierno respondió que sí tienen proyectos, que se van a soterrar los contenedores, se va a cubrir la pista del colegio e instituto, construcción de la casa de la juventud, mejora del punto limpio… Proyectos concretos que responden a necesidades concretas. Se mira el día a día y se soluciona. Ante un estímulo, surge una respuesta.
En la réplica, Pedro Montoya, comenta que como Ayuntamiento “nos hace falta un método, una forma de creernos un proyecto; y luego pensar en él durante los próximos cuatro años… Nos hace falta sentarnos y pensar en el futuro, no pensar en la reparación que tenemos que hacer mañana, sino qué queremos que este pueblo sea en el futuro… Yo creo que nunca hemos pensado más allá de una semana y media, no sabemos qué vamos a hacer el año que viene… Estamos hablando de sentarnos de forma seria durante cuatro días, haciendo un debate sobre el estado del municipio como la moción que presentamos en el anterior pleno, poniéndonos de acuerdo en que hay cosas que tenemos que solucionar como ayuntamiento… Tenemos que trabajar más hacia el futuro y menos en este día a día que nos consume… Este pueblo lo tenemos que definir como algo… Nos hace falta invertir montón de tiempo y claro que podemos ayudar. Estamos encantados de ayudar”.
El equipo de gobierno contesta que “hay proyectos que están en marcha, que están hechos.., que no solamente el mantenimiento, las mejoras o el gasto de personal, luz o agua, sino que también hay cosas, el gasto de las marquesinas, que se van poco a poco mejorando; se intenta poco a poco ir mejorando todo… Las mejoras en el instituto me las han pedido ellos las veces que he ido allí, lo del colegio ya lo pidieron…”
¿Pasarían estos presupuestos el Test de Turing? ¿Hay detrás de ellos la evidencia de que algo mueve desde el pensamiento o responden a la inercia de lo que sucede? ¿Cuál es el modelo de municipio al que vamos?